Aleksandra Berdiugina es una de nuestras alumnas de 1º I. Con sus testimonio corrobora lo bien que se siente y lo importante que es sentirte acogida en un lugar extraño, aunque para ella no lo es ya.

 

Soy una extranjera, extranjera que tuvo suerte de llegar a un lugar que muchos llaman

paraíso. Llevo aquí cuatro años y durante este tiempo cada día fui conociéndolo más y más hasta enamorarme perdidamente. Y ahora mismo entiendo por qué sus habitantes sienten tanto orgullo de haber nacido en este archipiélago.

 

Me enamoré de sus paisajes, de sus playas y parques nacionales, de su historia y su cultura única, de sus guachinches y papas con mojo, de su pueblo libre con una mentalidad tan abierta y tan distinta a la mía. También de su habla y de sus costumbres. En las clases de Lengua me enseñaron cómo es el dialecto canario con su gran uso de diminutivos y sus abreviaciones, con su pronombre "ustedes" en vez de "vosotros" y su uso preferente de pretérito indefinido. Junto con sus expresiones típicas que todavía me siguen chiflando.

 

Además, tuve suerte de no solo no sufrir ni un comentario xenofóbico, sino de ser aceptada como una canaria más. De ser tratada con tanta hospitalidad y simpatía y conocer a la gente que tanto quiero en mi vida. También, me alegro de haber pasado un camino tan difícil de aprender la lengua española, pero desde el punto canario. Y me siento agradecida de hoy poder formar parte de su población y poder celebrar el 30 de mayo con la gente que valora cada rincón de sus islas y que sigue conmemorando su gran historia y sus costumbres.

 

¡Feliz Día de Canarias!