Inmigración
EL DESTINO DE SADO TOURE
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M.ª Teresa García Pérez
11 FEB 2022
Sado Toure salió de Senegal con una meta propuesta. Su deseo era buscar un futuro mejor para su hermano Mamadou, que lo acompañaba en este viaje, para la familia que dejó atrás y para sí mismo.
Como joven adolescente surca el mar durante 8 días para vivir el reto más importante: llegar a tierra con vida y poder contar sus vivencias.
Es así como hemos conocido su historia, por medio de uno de nuestros alumnos de 1.º Bachillerato, Marcos Amador de la Coba, con quien comparte su afición por el atletismo y una gran amistad.
Carta de un inmigrante
Me llamo Sado Toure, vivo en La Victoria de Acentejo, en Tenerife. Yo soy de África, de un país que se llama Senegal, situado en la parte occidental del continente, cerca de la costa atlántica. Con mucho gusto quiero contar mi historia, mi viaje por mar para llegar a España.
Bueno, antes de empezar a contar, me tienen que prometer que no lloraréis, porque puede parecer bastante duro, pero así es la vida y el destino.
Mi nombre es Sado Toure, tengo 18 años y soy de Senegal. Vivía en un pueblo pequeño que se llama Nianing, muy cerquita de la costa. Es un pueblo de pescadores. El sábado 11 de octubre de 2020 a las 22:00 de la noche salió una patera con 116 personas en total, donde estábamos mi hermano pequeño, que se llama Mamadou y yo. También entre nosotros había una mujer en la patera. Es verdad que el viaje fue muy duro e incomprensible, es una locura que nadie puede contar todo lo que ocurre en el mar (es tan duro que es muy difícil de contar). Algunos mueren por hambre, otros mueren por depresión, porque no comen bien, no duermen, están de pie en la patera, con frío, 10 o 15 días sin saber cuándo vas a llegar a tu destino. Pero, como se dice en España “Si quieres algo, algo te cuesta”.
Dejé a mi familia y a mis amigos para ir a buscar una vida mejor por ellos, porque mi familia sufre de pobreza. Esa es la razón por la que entré escondido en la patera con mi hermano y es lo más peligroso, porque si nos hubieran visto, nos hubieran matado. Pero, gracias a Dios, hemos escapado, después de pasar 8 días en el mar sin comer ni dormir.
El quinto y sexto día fueron los más duros porque las olas entraban directamente en la patera y empezaba a llenarse de agua. La gente gritaba, lloraba, diciendo que moriríamos todos. Sin embargo, en ese momento, yo miraba a mi hermano sin saber qué decir ni qué hacer. Con lágrimas en los ojos, me giré hacia él, lo cogí en mis brazos y le dije “sea como sea sobreviviremos o yo muero pero tú vas a sobrevivir. Te lo prometo, hermano”. Él también empezaba a llorar. Si te pasara a ti, ¿cómo reaccionarías?
Cuando se calmó el mar, las personas mayores pidieron a los menores que ayudaran a sacar el agua que estaba dentro de la patera. Mi hermano se negó y empezaron a insultarlo. Me tocaba a mí defenderlo, pero no quería pelear dentro de la patera. Así que me concentré en mi sueño que era llegar a España, cerré los ojos, cerré la boca y comencé a recordar mis metas. Por eso hoy estoy aquí con ganas de luchar para hacer realidad mis sueños y los de mi hermano.
Para decir verdad, el viaje por mar es y ha sido una forma de afrontar la muerte.
Sado Toure