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​DÍA DE CANARIAS

CUATRO ALDEAS, UN SENTIR​

Con motivo del Día de Canarias, el comité de comunicación del IES Viera y Clavijo preparó un texto dramático que versó sobre el hermanamiento de los habitantes de cuatro aldeas vinculadas por un bien común: la música.

Este texto se representó el 27 de mayo de 2022 con la colaboración de alumnado de 1.º ESO A (actores), de 3.º ESO (músicos dirigidos por Bozhidara y Cecilia) y parranda de Pedro. Muchas gracias a todos por su participación desinteresada.

A continuación pueden disfrutar de esta enriquecedora acción:

(La abuela se sienta en su mecedora con un libro entre sus manos, lo ojea pensativa y, al instante, llama a sus nietos)

Xenia: Mateo, Irene… acérquense. Me gustaría leerles este cuento. Fíjense en sus páginas amarillentas. El paso de los años deja huella en todos nosotros y en los libros también.

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Irene: ¿De dónde sacaste ese libro, abuela?

Abuela: Lo tenía en el trastero, dentro de una caja que heredé de mis padres.

Mateo: ¡Qué interesante! Ese libro entonces pertenecía a nuestros bisabuelos, Irene.

Irene: Pues, abuela, me gustaría escuchar la historia que narra ese libro.

Xenia: Cojan un cojín y siéntense cerca de mí. Esta historia la escuché muchas veces cuando era niña. Estoy segura de que les va a gustar.

(Empieza a leer la abuela bajo la atenta mirada de sus nietos)

Xenia: Cuenta una leyenda que, en una pequeña isla, protegida por un gran volcán y arropada por las aguas del Atlántico, vivían cuatro comunidades o tribus. Cada una de ellas desconocía la existencia de las otras, ya que sus poblados estaban situados en diferentes zonas: norte, sur, este y oeste.

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Xenia: Los habitantes del norte alababan a la naturaleza por medio de instrumentos de percusión.

 

Julia: Yo me llamo Julia y estoy muy orgullosa de mi aldea, la aldea de la percusión. Nuestros instrumentos se golpean, se agitan, se raspan, se frotan para que como expresó Oswaldo Izquierdo Dorta en su poema "Timbales": resuenen, retumben, reboten, repiquen, realcen o remonten…

Resuenan en son de paz

recios timbales.

 

Retumban en el recinto

redondos sones.

 

Rebotan por las orillas

retos marciales.

 

Repican desde la cumbre

Rimas sonoras.

 

Realzan con sus redobles

Rudos bordones.

 

Remontan con sus baquetas

El alto clímax.

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Actuación de la aldea de la percusión

Xenia: Las personas que habitaban el sur de la isla celebraban sus rituales a través de los instrumentos de cuerda. 

Tiffany: Yo soy Tiffany. Pertenezco a la Aldea de las Cuerdas. Aquí las guitarras, bandurrias, timples o requintos vibran rozando sus cuerdas. Disfruten de la actuación de virtuosos de las cuerdas. 

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Xenia: Los residentes del oeste se encomendaban a su Dios con sus voces, unas voces armónicas que los transportaban al más allá.

Marcela: Yo soy Marcela y disfruto trabajando mis cuerdas vocales (canta Mi timple de la cantante canaria Alba junto a Irene, segunda voz).

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Xenia: Los pobladores del este dominaban el arte musical del viento. A través de flautas, tromba, saxofones… conseguían unir sus fuerzas para pedir su protección y bienestar.

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Xenia: Todos estos pueblos tenían un elemento común en sus oraciones: el padre Teide. Este imponente volcán escuchaba desde hacía muchísimo tiempo las ofrendas musicales que cada tribu hacía, soñando, sin poder unirlos, cuán hermosos sonarían al unísono. Entonces, en un momento de rabia e impotencia, el enorme volcán se puso a rugir. De lo alto de su cima, su boca empezó a expulsar gases, cenizas y lava, que los pueblos de toda la isla, observaron con un cierto temor.

 

Así que estos pueblos decidieron acercarse a sus proximidades para intentar calmar con su música a su padre Teide. Al llegar a su falda, descubrieron que no estaban solos, sonidos de voces, cuerdas e instrumentos de viento y percusión comenzaron a mezclarse en una armoniosa melodía y de pronto en el cielo comenzaron a disiparse las nubes de ceniza y los tremores comenzaron a cesar, escuchándose cada vez más lejanos…

 

A partir de entonces, todos los pueblos se reúnen una vez al año para rendir culto al volcán y complacerlo con sus melodías para que este siga mostrándoles la mejor de sus sonrisas. La calma y la serenidad reina desde aquellos tiempos en la isla, y la música es el símbolo de hermandad.

Actuación conjunta de las cuatro aldeas

Xenia: Se produce así el hermanamiento de las habitantes de la isla y comprueban que las diferencias nos enriquecen. Cada uno puede aportar algo distinto que hace que juntos sea algo aún más maravilloso.​

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Finalmente, nos adentraremos en el festival musical anual que rinde culto a nuestro volcán (actuación de la parranda de Pedro).

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